MARDI GRAS 2019 – NUEVA ORLEÁNS
¿Quién no ha visto alguna vez un perro con gracia?. Creo que todos los perros tienen gracia, solo que a algunos se les nota más que a otros, como a las personas. Este perro me encontró en la calle Borbon, en Nueva Orleáns, durante Mardi Gras . Este tradicional Carnaval reúne todos los años a miles de visitantes y algunos perros, uno de los cuales pude fotografiar.
Toda una celebridad
Estaba impresionada por el fervor de la gente celebrando, cuando un señor de mediana edad se abrió paso entre la multitud con su bicicleta. En el canasto viajaba un perro pequeño común y corriente de raza indefinida. Yo diría que por el tamaño y color podría ser una mezcla de Jack Russell con bodeguero. El hombre dejó la bicicleta a un lado, adornó el perro con una guirnalda de colores, le puso gafas de motociclista y lo subió a un bote de basura gigante.
Pequeño pero vistoso
Aunque era pequeño, el perro se hizo visible para toda la gente que pasaba y de un momento a otro, se convirtió en el centro de atención. Dejó de ser un simple perro y comenzó a sonreír y gesticular animado convirtiéndose en un perro con gracia. Repentinamente todos querían una foto del perro o con él, mientras el hombre recolectaba dólares con su gorra. Hasta yo me sentí obligada a contribuir, ya que habia sacado más fotos que nadie.
Un duo de profesionales
No mucho tiempo después, el perro dejó de ser la novedad para un clientela que ya no depositaba dólares en la gorra. El hombre que habia recaudado lo suyo y contaba los billetes con mucho interés, recogió al perro, lo subió a la bicicleta y siguió viaje hacia otro destino más rentable.
Más tarde, al ver las fotos del perro sin el atuendo de carnaval, me pareció ver un perro un poco cansado y triste, muy parecido a su dueño. Un perro que tenía sus momentos de gracia entre una esquina y la otra.